Está científicamente comprobado que viviendo en el campo soy feliz.
-Cuando estuve en Pitrufquen, IX Región de la Araucanía, trabajando como granjero salía a cazar conejos en las noches con mi amigo Rodolfo, melómano empedernido cuya hermana nos consiguió un magnificó trabajo limpiando estiercol, dando de comer a animales, cortando leña, y después a comer asado, tomar mate, comer lechón, cazar entre eucaliptos con un rifle (como el de los guardias de los bancos), salir a pescar; eso es vida!, no el remedo que llevó en esta contaminada e insegura ciudad-escusado, donde si no te roban te cae del cielo un avión.
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