martes, 21 de julio de 2009

Razas diferentes


Muy a mi pesar escuchaba en el trabajo que una compañera se quejaba amargamente de las cuitas de su corazón.

Le decía, a quien estuviera dispuesto a oir:

"Yo quiero a alguien que me quiera, que me respete, alguien con el que pueda estar y platicar".

Y me acordé de Dante, mi perro, él no es tan exigente, ¡lástima que sean de razas diferentes!

2 comentarios:

Hija de Sartre dijo...

jajaja
Que chistosito...

Dámaso Pérez dijo...

jeje, era un chistesito...

aunque sí pasó en realidad

me sorprende como todas en esos momentos se convierten en terapeutas y doctoras del corazón, y están prestas a dar consejos a diestra y siniestra para amarrar al enamorado así se las gastan las del sexo debil.