A mediados de febrero empecé a sentir que la vida se tornaba complicada.
El agobio de la realidad que se manifestaba a través de diferentes frentes.
Como en un juego de Tetris, procuré acomodar las cosas aquí y allá;
y en ese movimiento vital recordé-añoré la simplicidad de la infancia.
Y ante la incapacidad de regresar el tiempo, le pedí a dios serenidad.
2 comentarios:
ese,
no pude dejar de pensar en cómo, en ocasiones, al jugar tetris por periodos obsesivamente prolongados, cuando cierras los ojos para dormir sigues viendo jugadas de tetris.
abrazo,
f
afortunadamente no me he clavado tanto con el tetris, aunque seguramente nuestro amigo lorenzo ha de tener pesadillas con eso, jeje
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