en tu funeral fui el más frío con tu partida
quizá porque para entonces aún no la había asimilado
fue hasta que llegué a esa casa, que había sido tu casa, nuestra casa,
donde por fin sentí tu presencia en forma de ausencia
al entrar, por un momento sentí que ahí estarías...
leyendo los diarios, como todas las tardes,
con tus anteojos puestos, quizá algo sucios --pero tú de ello no te percatarías--
con el cabello blanco, algo revuelto y tu mirada franca
hoy te extraño y cuando te pienso, me dueles
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