jueves, 29 de enero de 2009

El objeto del deseo


Me encuentro en una disyuntiva, frente a una decisión en apariencia difícil. Llevo días meditando sobre lo que debo o no hacer. 

Desde que los vi fue un flachazo, una atracción inmediata, amor a primera vista. 

Llevo de conocerlos más de un año, pero hace unos quince días el amor resurgió como nunca. 

Estoy dispuesto a todo. Lo he decidido, llegaré, me los probaré, y muy probablemente me lleve puesto ese hermoso par de zapatos de piel de mantarraya, cuyo corte exquisito y color oscuro pardo me tiene hechizado. En el centro de su diseño, justo arriba del empeine, se dibuja un rombo perlado de tonos suaves que contrasta dulcemente con el resto del calzado. 
Al verlos, tengo la impresión de que su corte refleja un amor por la humanidad. 

PD: Debo decir que mi gusto por los zapatos es nuevo, no lo había desarrollado, pero bien mirado es algo que llevo en la sangre. Vienen a mi cabeza dos ejemplos: los zapatos verdes de piel de cocodrilo del abuelo Abelardo, y las adquisiciones, muchas de ellas bastante excéntricas, de mi papá.




martes, 27 de enero de 2009

Siempre habrá un día peor

Bueno, pues ya el 22 de febrero daré testimonio de mi primer aniversario dentro de la confraternidad de NA. Dejar de consumir sustancias ha dado un cambio radical a mi vida. 
No 1 agradezco los problemas que tengo, los dones recibidos y hasta los milagros ocurridos. 
Sí, ya sé que suena mamerto, pero así lo siento.
El consumo para mí desde que me acuerdo ha sido algo problemático. Siempre quería más que los demás, alcanzar la inconsciencia era mi anhelo soterrado. 
Recuerdo que desde niño ya presentaba conductas "extrañas". 
Por ejemplo, en una ocasión maldije a todos los dioses habidos y por haber por el hecho de haberme condenado junto con la raza humana y el resto de los mamíferos a pasar saliva; ese maldito acto necesariamente repetitivo y monótono en el que estaba tan concentrado. Por más que intentaba no pasar saliva, siempre terminaba tragando mis babas.
Recuerdo que algunos años después comencé a fijarme en los latidos de mi corazón. La historia fue la misma, me maravillaba el hecho de que aún antes de nacer el corazón ya trabajaba en el centro de nuestro cuerpo, ese maravilloso músculo incansable, que bombeaba segundo tras segundo el flujo sanguineo vital para vivir. Ese conocimiento me hizo hipersensible a mis latidos, todo el tiempo posaba mis manos sobre el pecho para sentir mi corazón, lo cual, aunado a mi hipocondriaquismo exacerbado produjo en mí uno de los peores malestares físicos y mentales que he sentido. 
En esos días habíamos cortado Elisa y yo; pasaba por una depresión colosal como nunca me había pegado. Mi ánimos estaban por debajo de los suelos, mi consumo de marihuana se disparó lo que aunado a la lectura de ciertas novelas  y a mi pésima alimentación me trajo como consecuencia varios colapsos nerviosos que además de dolor me acarrearon bochorno.

Hoy respiro tranquilo; no estoy obsesionado con mi saliva, tampoco con mi corazón. El amor de Elisa que tanto me dolió hoy lo veo lejano, casi como algo incomprensible. Claro, la idea de consumir surge a veces por mi mente, unos días con con más fuerza que otros, pero por hoy me rindo, sacó la bandera de la paz y asumo mi condición. El día de hoy no estoy obligado a consumir, el día de hoy me es atractiva la gente que no consume y que ha encontrado una nueva forma de vivir. El día de hoy disfruto mi vida rutinaria, le pido a Dios vivir alejado de toda perturbación y le agradezco la naturaleza de mis "problemas".

jueves, 22 de enero de 2009

Ay nanita... ( Historias del terror )

El otro día que voy a mi junta de NA y que saludo a mis compas, y en eso que un cuate nos empieza a contar que su novia subió, en un momento de pendejez, de esos de los que en abundancia ha de tener durante todo el día, unos datos personales al Hi5, y al MySpace, y a todas esas redes sociales, gracias a las cuales Barack Obama fincó una campaña exitosa de medios.

Total, que Mario estaba muy malviajado porque gracias a la información subida a la red, un tipo comenzó a acosar a su novia, a hablarle por teléfono, a mandarle mails, e incluso hasta a buscarla a su casa.

Al parecer, este dedicado sujeto encontró la casa de la novia de mi amigo gracias a los datos que puso en Internet y a las bondades del Gogol Earth. Pero no paró ahí, ya que se tomó el tiempo de mandarle un correo electrónico a ella diciéndole que era la mujer de su vida y que quería tener hijos con ella, etc., y lo más macabro fueron las fotos que le adjuntó donde originalmente aparecía ella con Mario, mi amigo, aunque éste último se encontraba tachado. Brrr, qué miedo.

Al parecer hay muchos freaks sueltos por ahí.
 
No sé si por cuestiones de la alienación o de enajenación relacioné lo que le estaba pasando a la novia de ese compa con una de esas historias de terror del cine gringo, que de tan chafas producen escalofríos. Además, se comprueba que la ficción no nada más imita a la realidad, sino también viceversa. 








sábado, 10 de enero de 2009

Quisiera ser popular

A veces quisiera tener muchos amigos.

Hoy saliendo del trabajo tenía ganas de socializar, de convivir, de hacer algo, lo que fuera, entonces que saco mi celular y que empiezo a ver mis contactos y nada, puros cabrones de trabajo. Eso me pone mal. 
Igual otro día que me dicen "no pues tú tienes pinta como de muy independiente", y yo en mi mente que digo "WTF???!!!".



jueves, 8 de enero de 2009

Un partidito por el amor de dios!

Vergasión!

De unos día para acá mi mente está de lleno en mi labor profesional.
Apenas tengo tiempo de comer, ir a mi junta y de dormir unas cuantas horas.
Estoy contento. Agradecido.
Lo único que lamento es no ir a jugar squash con el buen Rufis.
Afortunadamente mañana, en mi hora de la comida, jugaré con un pariente mio que es dentista.
Sé que tiene buen muñequeo y sobre todo, cierto nivel.
Si practico con él seguido, como hemos planeado, será mi oportunidad de mejorar mi juego.
Ojalá así sea, porque extraño jugar.