martes, 27 de enero de 2009

Siempre habrá un día peor

Bueno, pues ya el 22 de febrero daré testimonio de mi primer aniversario dentro de la confraternidad de NA. Dejar de consumir sustancias ha dado un cambio radical a mi vida. 
No 1 agradezco los problemas que tengo, los dones recibidos y hasta los milagros ocurridos. 
Sí, ya sé que suena mamerto, pero así lo siento.
El consumo para mí desde que me acuerdo ha sido algo problemático. Siempre quería más que los demás, alcanzar la inconsciencia era mi anhelo soterrado. 
Recuerdo que desde niño ya presentaba conductas "extrañas". 
Por ejemplo, en una ocasión maldije a todos los dioses habidos y por haber por el hecho de haberme condenado junto con la raza humana y el resto de los mamíferos a pasar saliva; ese maldito acto necesariamente repetitivo y monótono en el que estaba tan concentrado. Por más que intentaba no pasar saliva, siempre terminaba tragando mis babas.
Recuerdo que algunos años después comencé a fijarme en los latidos de mi corazón. La historia fue la misma, me maravillaba el hecho de que aún antes de nacer el corazón ya trabajaba en el centro de nuestro cuerpo, ese maravilloso músculo incansable, que bombeaba segundo tras segundo el flujo sanguineo vital para vivir. Ese conocimiento me hizo hipersensible a mis latidos, todo el tiempo posaba mis manos sobre el pecho para sentir mi corazón, lo cual, aunado a mi hipocondriaquismo exacerbado produjo en mí uno de los peores malestares físicos y mentales que he sentido. 
En esos días habíamos cortado Elisa y yo; pasaba por una depresión colosal como nunca me había pegado. Mi ánimos estaban por debajo de los suelos, mi consumo de marihuana se disparó lo que aunado a la lectura de ciertas novelas  y a mi pésima alimentación me trajo como consecuencia varios colapsos nerviosos que además de dolor me acarrearon bochorno.

Hoy respiro tranquilo; no estoy obsesionado con mi saliva, tampoco con mi corazón. El amor de Elisa que tanto me dolió hoy lo veo lejano, casi como algo incomprensible. Claro, la idea de consumir surge a veces por mi mente, unos días con con más fuerza que otros, pero por hoy me rindo, sacó la bandera de la paz y asumo mi condición. El día de hoy no estoy obligado a consumir, el día de hoy me es atractiva la gente que no consume y que ha encontrado una nueva forma de vivir. El día de hoy disfruto mi vida rutinaria, le pido a Dios vivir alejado de toda perturbación y le agradezco la naturaleza de mis "problemas".

1 comentario:

Rojo Buendía dijo...

un día a la vez siempre funciona, (trato de verlo asi, yo mismo). De verdad festejo que estés bien, animo mi hermano, animo.

un abrazo