martes, 2 de abril de 2013

Paraíso Perdido

Se acabaron las idas a Cuernavaca a casa del abuelo
los sábados tomando coronitas mientras hacíamos la sopa del dominó en esa gran plancha de concreto que tenías por barra en tu cantina frente a la alberca

adiós a los chapusones y a los clavados
adiós a los piquetes de abeja

adiós a las visitas a tu bonito departamento en la Roma

adiós a los tequilitas que nos servías mientras hablabas de literatura ideológica

Ya nunca me darás esa hermosa edición que me prometiste del Paraíso Perdido, de
John Milton


adiós abuelito