Un abrazo que rodeara al mundo
Hans Castorp visitando a los moribundos
para brindarles consuelo
Madamme Chauchat, la de los ojos caucásicos y mirada de obsidiana
Cuya sensualidad retuerce los sentidos
al punto de exigir o mendigar
al punto de exigir o mendigar
la reciprocidad de su amor
pero es sabido
el amor no se tasa en medidas de igualdad
La regla
-más bien-
es pensar en aquella
que ni por asomo
piensa en nosotros
Así va la cosa
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